Más de un millón de españoles viven aquejados día y noche de un dolor que nunca cede y además, lo sufren en silencio, incomprendidos por su entorno familiar. Todos ellos son víctimas de una enfermedad que, a día de hoy, continúa sin diagnóstico exacto: la fibromialgia.

 

Puede pasar de repente, tras sufrir un trauma físico, emocional o por una infección que parece no tener cura. Es el estallido. El inicio. Un día una persona comienza a sentir dolor sin motivo aparente. No se trata de un simple arañazo, un esguince, un hematoma o una rotura de hueso. No se trata de un dolor cualquiera. No es perceptible a simple vista.